Rojo indio fusiona el discurso racializado presente tanto en Perú como en México, mostrando al espectador un conjunto de objetos pertenecientes a las culturas prehispánicas de ambos territorios, enfrentados a una miríada de expresiones peyorativas usadas hoy en día para referirse a los descendientes de dichas culturas. De este modo, contrapone la grandeza y diversidad de la producción cultural de las sociedades del pasado, a la manera en que los discursos nacionalistas idealizan y romantizan su momento de esplendor y los procesos de discriminación que viven las comunidades originarias hoy.
Rojo indio fusiona el discurso racializado presente tanto en Perú como en México, mostrando al espectador un conjunto de objetos pertenecientes a las culturas prehispánicas de ambos territorios, enfrentados a una miríada de expresiones peyorativas usadas hoy en día para referirse a los descendientes de dichas culturas. De este modo, contrapone la grandeza y diversidad de la producción cultural de las sociedades del pasado, a la manera en que los discursos nacionalistas idealizan y romantizan su momento de esplendor y los procesos de discriminación que viven las comunidades originarias hoy.