El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico
Mujer sentada | El México antiguo. Salas de Arte Prehispánico | Museo Amparo, Puebla
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Mujer sentada

Cultura Tlatilco
Región Valle de México
Período Preclásico
Período 9 Preclásico
Año 1400 -800 a.C
Técnica

Barro modelado, alisado, pellizcado, puntillado y con pastillaje

Ubicación Bóveda Prehispánico
No. registro 52 22 MA FA 57PJ 593
Investigador

La pieza estudiada pertenece al yacimiento arqueológico de Tlatilco, aldea agrícola del Preclásico (2500 - 200 a.C.) famosa por su cerámica; se cree que su periodo de auge se dio entre el 1400 y 800 a. C., aproximadamente.

Esta figurilla de barro representa a un individuo femenino desnudo y en posición sedente. La mujer está sentada en “mariposa”, con ambas piernas en escuadra y los pies encontrados al frente; los muslos son gruesos, el tronco es delgado y posee senos grandes y erguidos, lo que también sugiere juventud; estos rasgos casi siempre se han asociado a temas de la fertilidad. Las manos y los pies, por otra parte, apenas están figurados mediante incisiones que se realizaron cuando el material estaba crudo y que marcan la división entre los dedos.

Este objeto es muy particular, pues la mujer representada en arcilla adopta una pose llamativa: esta mantiene un brazo apoyado sobre su muslo, mientras que la otra extremidad se mantiene sobre la región del pubis y el vientre; no queda claro si cubre sus partes pudendas, si se trata de un acto de masturbación, muy posiblemente ritual; o si señala su vientre, en señal de un embarazo. En todo caso, nos queda claro que el artista tuvo la intención de inmortalizar el momento, por lo que debió ser muy significativo.

El cuerpo de la figurilla femenina está completamente desnudo, sin embargo, destaca el grueso collar que porta al cuello, claramente elaborado mediante pastillaje. La cabeza, en cambio, sobresale por ser desproporcionadamente grande, pues ocupa casi un tercio de la pieza, y además presenta una notoria deformación craneal. El rostro es muy grande, tiene los labios entreabiertos, quizá reforzando la idea de que presenciamos un acto de masturbación; la nariz es prominente, los ojos son notablemente alargados y poseen una pupila marcada por una perforación. Asimismo, las orejas del personaje resaltan, pues los lóbulos están perforados y portan grandes orejeras. El tocado de la mujer es una especie de casco o gorro cónico, este resalta por la presencia de una especie de mechón que baja desde la coronilla y que bien podría ser un trozo de tela decorado y quizá entrelazado con el cabello.

Los detalles más finos de la pieza fueron elaborados mediante inciso y pellizcado, aplicados cuando el barro estaba fresco. Por otra parte, el cuerpo tiene restos de color ocre, restos de estuco y pigmento rojo en el tocado. Es posible que la figurilla fuese pensada para manipularse y apreciarse desde todos los ángulos, sin embargo, el frente debió ser el más llamativo, pues la parte posterior carece de detalles.

Este tipo de figurillas, como muchas otras que provienen de Tlatilco, posiblemente eran de uso personal y se utilizaban para propiciar la fertilidad, tanto humana como agrícola, y para evitar los caprichosos cambios atribuidos a fuerzas sobrehumanas que podían afectarla o disminuirla. Los actos de masturbación ritual se representaron en la plástica y los ciclos mitológicos mesoamericanos; es casi seguro que estas prácticas estuvieran encaminadas a estimular las potencias divinas femeninas y generadoras de vida. No obstante, no es posible descartar que la masturbación existiera como un acto de mero placer, pues no se conocen los detalles sobre la concepción del placer durante el Preclásico.

La pieza estudiada pertenece al yacimiento arqueológico de Tlatilco, aldea agrícola del Preclásico (2500 - 200 a.C.) famosa por su cerámica; se cree que su periodo de auge se dio entre el 1400 y 800 a. C., aproximadamente.

Obras de la sala

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