Durante el Preclásico, el sedentarismo dio paso al desarrollo de la agricultura y al surgimiento de la cerámica, convirtiéndose ambas en actividades principales de estos grupos.
En el caso del florecimiento de la cerámica, ésta dio paso a que los artesanos aprovecharan el barro para modelar con gran habilidad objetos que mostraban su concepción del mundo. El trabajo del barro durante esta etapa trajo consigo la elaboración de piezas que son fuente de información de gran importancia, a través de ellas, mediante su observación y estudio se ha logrado conocer parte de la vida social, económica y religiosa de esta etapa. Dentro de las formas cerámicas se encuentran los tecomates, cajetes, platos y botellones; asimismo, en el caso de figurillas, éstas son una fuente valiosa de información para el conocimiento de las sociedades ya que nos muestran aspectos de la vida diaria y de sus creencias.
En esta fase Ayotla, las figurillas suelen presentar cráneo parcialmente rasurado, y deformado intencionalmente, algunas presentan mechón de cabello o borlas, los ojos representados por medio de una cavidad en forma de arco o almendra hecho por medio de dos incisiones separadas, casco o turbante, entre otros elementos.
El estudio y observación de las figurillas han aportado información acerca del estatus social, linaje, ideas religiosas y filiación política de los personajes, de la misma manera que se ha llegado a conocer el físico de mujeres, hombres y niños de este periodo; así como, que tipo de vestimenta utilizaban, la joyería que portaban, con que tocados adornaban su cabeza, que tatuajes y pintura corporal decoraban sus cuerpos; así como las enfermedades que los agobiaban. Las figurillas son un mensaje de su realidad, ya que la posición sentado o de pie, vestimenta, joyería, tocados, pintura corporal, expresión corporal indicaban su modo de ver la vida.
Ejemplo de esto es la pieza que a continuación se describe, la cual presenta acabado de superficie alisado y consiste en una cabeza alargada de un personaje con labios delgados, ojos alargados que representan el aspecto físico de los hombres de esta etapa.
Consiste en la cabeza de un personaje masculino, la cara es alargada e inclinada hacia atrás, en su rostro se perciben los detalles como son los ojos elaborados por medio de la técnica de punzonado, su boca resaltada por medio de la técnica de incisión y se encuentra cerrada, en cuanto a su nariz es un poco respingada y fue colocada por medio de la aplicación, los orificios fueron resaltados por medio del punzado. Las orejas son alargadas y fueron colocadas por medio de la técnica de aplicación. Presenta un bonete o pequeño gorro con una pequeña protuberancia en la parte superior, se distingue la presencia de pigmento blanco en el rostro y bonete, mientras que en la parte posterior solo el área del cuello, además de restos de pigmento en tono negro en el gorro o bonete y el lado izquierdo de la frente.