En el año 2001, atraído por su colonia natal, Abraham Cruzvillegas comenzó a fotografiarla y a documentar su historia de distintas maneras. A raíz de esta idea, en el 2007 comenzó Autoconstrucción, un proyecto que ha desarrollado, con numerosas variaciones y giros de tuerca, desde ese entonces.
Como es el caso de la colonia Ajusco, donde se crió, la Autoconstrucción de Cruzvillegas hace referencia a un proceso que ocurre en los asentamientos ilegales de los suburbios de la megalópolis, cuando una comunidad toma un terreno y comienza a habitarlo poco a poco, con los materiales, herramientas y posibilidades que tiene a la mano. Más que buscar ilustrarla o exhibirla desde un ámbito documental, el artista se apropió de las estrategias de la autoconstrucción como una metodología de trabajo, lo cual le otorga a su obra una naturaleza cercana al bricolaje. Por este motivo, Cruzvillegas trabaja generalmente con materiales de cada lugar que visita, respondiendo así a las peculiaridades y especificidades de cada contexto.
Esta práctica escultórica permite el trabajo con desechos, materiales reciclados, de segunda mano e incluso con algunos objetos encontrados azarosamente por las calles. Éstos pueden ir desde piedras, madera y cartón, hasta objetos más complejos, cargados de valor histórico y simbólico. Al mismo tiempo, la Autoconstrucción funciona como una alegoría de la identidad, pues como afirma el propio artista, al igual que en la autoconstrucción, “uno está definiendo y construyendo su identidad, cambiándola de manera cotidiana (...) La identidad cambia constantemente, como las casas que nunca están terminadas en la autoconstrucción”.
Autoconstrucción: Departamento de Defensa, es una pieza temprana emblemática de todos estos elementos. En ella, una serie de materiales provenientes del contexto de la construcción, acomodados uno sobre otro, conforman una escultura en equilibrio precario. Las botellas rotas en la parte alta aluden a los mecanismos de defensa que se utilizan improvisadamente en las bardas de las casas para impedir que las personas ingresen ilícitamente a una propiedad –elemento del cual esta obra toma su título lúdico e irónico.
Con este tipo de trabajos, Cruzvillegas propone una experiencia objetual siempre distinta del objeto recontextualizado, que alude a dinámicas actuales de la sociedad. Sus obras, sin embargo, no son privativas del ámbito mexicano, y hacen referencia desde una perspectiva mucho más amplia a aspectos económicos, sociales y políticos de la sociedad contemporánea a nivel global.
https://artreview.com/features/jan_feb_2013_feature_abraham_cruzvillegas/
https://luvina.com.mx/AJUSTES/descargas/portada/81/Luvina_81_.pd
En el año 2001, atraído por su colonia natal, Abraham Cruzvillegas comenzó a fotografiarla y a documentar su historia de distintas maneras. A raíz de esta idea, en el 2007 comenzó Autoconstrucción, un proyecto que ha desarrollado, con numerosas variaciones y giros de tuerca, desde ese entonces.