La mayoría de las figurillas de la tradición D correspondiente a la Fase Manantial de Tlatilco representa a mujeres jóvenes desnudas, y de pie. Sin embargo, también existe una variante en que la mujer viste un pantalón con sonajas y más común aun, una falda corta amarada a la altura de la cadera. El ancho vuelo de la prenda sugiere que la mujer está girando y parece por lo tanto, que se trata de bailarinas.
El presente par de piezas puede atribuirse al tipo D2, por el modelado algo somero, los senos redondeados sin pezones y por los pliegues que marcan las rodillas. Ostentan un peinado idéntico lo que contrasta con el constante interés en diferenciar cada figura femenina de esta tradición por la excentricidad en la manera de arreglar el pelo.
Son las pinturas de la cara y el cuerpo que las singularizan. En la cara de la primera, los motivos son asimétricos: de un lado, bandas verticales corren de par en par, mientras que un motivo curvilíneo se extiende sobre el cachete y la boca. En la otra figurilla, la decoración facial contrasta entre la frente roja y las bandas que bajan de las cejas a la barbilla. Una gran cruz marca los brazos y el tronco. En las faldas, las líneas incisas radiales enfatizan el movimiento de las bailarinas.
La mayoría de las figurillas de la tradición D correspondiente a la Fase Manantial de Tlatilco representa a mujeres jóvenes desnudas, y de pie. Sin embargo, también existe una variante en que la mujer viste un pantalón con sonajas y más común aun, una falda corta amarada a la altura de la cadera. El ancho vuelo de la prenda sugiere que la mujer está girando y parece por lo tanto, que se trata de bailarinas.