Rodin era un creador sin parangón, un trabajador acérrimo. Tras sus inicios en la "Pequeña Escuela", trabaja en el taller del ornamentista Albert-Ernest Carrier-Belleuse, en París y posteriormente en Bruselas, donde demuestra una gran habilidad para los temas decorativos, de espíritu dieciochesco.
El descubrimiento de Miguel Ángel, durante un viaje a Italia en 1875-1876, fue determinante para su trabajo posterior. A su vez, Rodin opera una ruptura en la historia de la escultura, abriendo paso al arte del siglo XX, mediante la introducción en su obra de procesos técnicos y opciones plásticas que se encuentran en el centro de su estética.
En 2001, el Museo Amparo presentó la exposición temporal Rodin en México, una selección de la prolífica obra de este artista francés.
Actualizado: 29 de agosto de 2022