Cuando Jesús fue llevado al Templo por sus padres, el profeta Simeón advirtió a la Virgen María que su Hijo sería señal de contradicción y que ella sería traspasada en su alma con una espada, refiriéndose a los grandes dolores que experimentaría con la pasión y muerte de Jesucristo; por eso, las imágenes de María, bajo la advocación de la Virgen de Dolores o La Dolorosa, la representan con una daga que atraviesa el corazón.
Esta festividad es celebrada en México el Viernes anterior a la Semana Santa, fecha en la que la tradición popular considera que la Virgen María está muy triste al recordar a su Divino Hijo crucificado. Por eso en los templos y casas se acostumbra montar Altares de Dolores que le sirvan de consuelo y la distraigan, y en los que el eje central es la imagen de La Dolorosa, adornada con alhajas y, a veces, con un puñal de plata, rodeada de objetos con significados específicos: