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Estelas del Usumacinta

Estelas del Usumacinta es una exposición que parte de la investigación multidisciplinaria llevada a cabo por Sandra Rozental, Emilio Chapela y Eduardo Abaroa en torno al río Usumacinta, considerado como el último río vivo del país por su flujo ininterrumpido y la gran diversidad de flora y fauna que aún alberga. Su cuenca, que abarca desde las montañas de Guatemala hasta la desembocadura en el Golfo de México, fue cuna de culturas milenarias cuyos vestigios han sido objeto de admiración y saqueo. 

Se realiza una doble lectura del término estela: por un lado, nos referimos a las estelas talladas en piedra por los mayas para registrar su historia y organización política; por otro, pensamos en las estelas del río: las marcas de espuma, que aunque efímeras, permanecen en la superficie del agua y han moldeado el cauce con el paso del tiempo. En ambos casos, las estelas hacen presente lo ausente. Este proyecto se desenvuelve entre dos formas de trazo –la pétrea y la líquida– para pensar en cómo los cuerpos culturales y naturales son modelados, registrados y a veces desmembrados por procesos históricos de poder, extracción y representación.

Hoy en día, las ecologías y los habitantes del Usumacinta se encuentran amenazados como consecuencia de una larga historia de proyectos extractivistas que transformaron su riqueza en recursos para nutrir deseos y mercados lejanos. Desde hace más de un siglo, sus árboles han sido derribados para producir maderas tropicales y chicle. Sus piedras fueron serruchadas y trasladadas como “estelas mayas” a museos y colecciones en diferentes partes del mundo; en décadas más recientes, la ganadería, los monocultivos, y la compulsión panóptica de la ciencia y el turismo arrasan sus tierras y acechan su futuro. 

A través de videos, fotografías, esculturas, materiales de archivo y piezas de la Colección Prehispánica del Museo Amparo, Estelas del Usumacinta cuestiona la relación entre naturaleza y cultura, desdibuja la distinción entre conservación y destrucción del patrimonio, y nos invita a imaginar nuevas posibilidades de interacción, resistencia y reconciliación del río con aquello de lo que ha sido separado.

Una investigación de Sandra Rozental, Emilio Chapela y Eduardo Abaroa.