El mapa representa el entorno urbano y rural del pueblo de Santiago Atapan (actual Atapan, localidad perteneciente al municipio de Los Reyes, Michoacán), de la antigua jurisdicción de Tingüindín. Fue presentado por los naturales de dicho pueblo en el curso de un litigio por la propiedad de unas tierras y uso de aguas que sostuvieron entre 1718 y 1732 contra Domingo de Rebollar, propietario de las haciendas vecinas de El Salitre, La Concepción y Las Ánimas.
La disposición de los rasgos del paisaje alrededor del casco urbano de una manera circular, como si de una vista aérea se tratara y proporcionando sensación de repliegue sobre el pueblo, más la presencia de los caminos y las mojoneras que marcan los límites jurisdiccionales, hacen que la pintura pueda ser considerada dentro del mismo género que los mapas que reflejan la comunidad, en sus planos político-territoriales y también como entidad social corporativa, comunes en el siglo XVIII.
Un sol con rostro humano marca el oriente y una estrella señala el norte. La representación del casco urbano, perfectamente cuadrado y con las calles y manzanas dispuestas en orden alrededor de la iglesia y cabildo, supone una idealización de los criterios de “orden y policía” en la traza urbana de los pueblos de nueva fundación o reacomodados durante el siglo XVI. Los caminos comunican los pueblos de San Pedro, Tzirapo, San Francisco Peribán, El Real, Sicuycho, Pamataguaro y Tingüindín. Hay mojoneras, representadas en forma de piedra o basamento con cruces, acompañadas de sus nombres y de las distancias entre éstas y el centro del pueblo.
El pintor añadió algunos elementos adicionales que terminan por reflejar el paisaje cultural de Atapan, como un trapiche. Las firmas repartidas por el documento nos remiten a la práctica de las autoridades españolas encargadas de dirimir el pleito que debieron contrastar el mapa con la realidad y dieron fe de que lo representado era “cierto y verdadero”.
El mapa representa el entorno urbano y rural del pueblo de Santiago Atapan (actual Atapan, localidad perteneciente al municipio de Los Reyes, Michoacán), de la antigua jurisdicción de Tingüindín. Fue presentado por los naturales de dicho pueblo en el curso de un litigio por la propiedad de unas tierras y uso de aguas que sostuvieron entre 1718 y 1732 contra Domingo de Rebollar, propietario de las haciendas vecinas de El Salitre, La Concepción y Las Ánimas.
