Concluye el Taller de alfarería tradicional oaxaqueña

19 de julio de 2019. 00:00 h

En el marco de la exposición Barro y Fuego. El arte de la alfarería en Oaxaca, expuesta en el Museo Amparo del 23 de marzo al 26 de junio de 2019, se llevó a cabo el Taller de alfarería tradicional oaxaqueña, donde las y los maestros artesanos de tres comunidades representativas de la alfarería de Oaxaca, ofrecieron sus conocimientos en torno a esta tradición de 4000 años de antigüedad.

Durante tres semanas, del 19 de junio al 4 de julio, las y los asistentes aprendieron de Araceli Ramírez y Cesia Tonantzin Pedro Cardozo, artesanas de San Bartolo Coyotepec; Griselda Mateo y Miguel Mateo, artesanos de San Marcos Tlapazola y Vianney Ruiz Ocampo y Francisca Ocampo, artesanas de Atzompa, quienes les enseñaron las distintas técnicas para trabajar el barro, así como su cosmovisión en relación con la tierra y los materiales.

Para clausurar el taller se realizó una ceremonia de entrega de reconocimientos a los participantes en el Auditorio Arq. Pedro Ramírez Vázquez el jueves 18 de julio, con la participación de una de las curadoras de la exposición, Kythzia Barrera.

Barrera, que también es fundadora del Colectivo 1050 y de Innovando la Tradición A.C., asociaciones dedicadas a la preservación del oficio en los 70 pueblos alfareros de Oaxaca, señaló que ejercicios como la exposición y el taller son vitales para recuperar las tradiciones. “Cuando comenzamos a recorrer los pueblos, identificamos un gran potencial, pero también un riesgo, la velocidad con la que está desapareciendo. En estos 15 años hemos visto morir pueblos completos que se dedican a esta tradición, y también hemos logrado los milagros de rescatar al pueblo de dejar su oficio”.

Entre los diagnósticos sobre los pueblos alfareros, Barrera y su equipo han detectado que el riesgo más importante es que “no exista la siguiente generación” de maestros alfareros. Entre la gran diversidad de causas, destaca la Firma del Tratado de Libre Comercio en 1994 que motivó el ingreso de mercancía extranjera que abarrotó los mercados y menguó la producción alfarera, lo que puso en riesgo este oficio y generó un abismo generacional.

Sin embargo, a 15 años de trabajo constante, Barrera considera que el eslabón para continuar con las generaciones de artesanos comienza a conectarse. Este taller representa un ejemplo, ya que los artesanos dieron el paso a ser productores y maestros: “Son realmente la muestra de que ya está, ya vive la siguiente generación de alfareros. Aunque son poquitas comunidades, así vamos a seguir esta cadenita hasta lograr fortalecer a los 70 pueblos, esa es nuestra visión. Lograr que los 70 pueblos alfareros que existen en Oaxaca puedan continuar otros cuatro mil años con esta tradición”.

Ante la complejidad logística para traer a las y los maestros desde sus comunidades en Oaxaca a la ceremonia, Kythzia Barrera compartió el testimonio de Araceli Ramírez, maestra artesana de San Bartolo Coyotepec, quien señaló: “Les hicimos sentir lo mismo que uno siente al trabajar el barro con nuestras manos. Si uno está feliz, su pieza estará feliz, o que, si uno está enojado o triste, en el barro la pieza lo refleja”, “Simplemente fue maravillosos poder asistir y enseñar a los demás lo mucho que nos puede enseñar el barro en la vida”.

Para finalizar, los 12 alumnos del Taller de alfarería tradicional oaxaqueña recibieron su reconocimiento y montaron una breve exposición en la Terraza del Museo, donde exhibieron las piezas resultantes de esta experiencia.