Magdalena Fernández: naturaleza, movimiento y transformación

14 de julio de 2019. 00:50 h

El sábado 13 de julio de 2019 se llevó a cabo la inauguración de Magdalena Fernández. Ecos, exposición de una de las artistas latinoamericanas más reconocidas. La jornada inaugural se conformó por una charla introductoria y un recorrido por las salas del Museo Amparo.

La charlase realizó en el Auditorio Arq. Pedro Ramírez Vázquez con la participación de Magdalena Fernández, Carlos Palacios y Fabiola López Durán.

Ramiro Martínez Estrada, Director Ejecutivo del Museo Amparo fue el encargado de dar la bienvenida a los miembros del presídium y a los asistentes que llenaron el auditorio. Magdalena Fernández. Ecos, es un recorrido por los trabajos de la artista a lo largo de la última década, que exploran la relación de Magdalena con la naturaleza y el paisaje, y con la abstracción geométrica: “Nos sentimos muy afortunados de poder presentar este proyecto que incluye dos piezas que fueron hechas ex profeso para el Museo, en el Vestíbulo y otro más en la Terraza. Magdalena entendió el edificio a la perfección y en base a eso trabajó para hacerlas”.

La charla de apertura tuvo una dinámica en la que los panelistas dejaron a un lado la exposición para hablar sobre los tres temas recurrentes en la carrera artística de Magdalena, como lo son la abstracción, la naturaleza y la política, entendida como “el espacio de la ciudadanía en la ciudad”, señaló Carlos Palacios, curador de esta exposición.

El universo creativo de Magdalena Fernández sólo puede entenderse a través del acercamiento a los orígenes de la sensibilidad de la artista, señaló Fabiola López Durán, historiadora de arte y arquitectura, quien ha dedicado los últimos años a estudiar la obra de Fernández, generando un “cuerpo teórico e histórico importante”.

Abstracción

Para hablar de la abstracción en la obra de Magdalena Fernández, es necesario remitirse a la formación académica de la artista. Observar cómo pasa de las matemáticas al diseño y al dibujo es, para López Durán, una forma de encontrar certezas en su vida.

Por ejemplo, en 1989, Fernández participa por primera vez en una exposición colectiva a través de la fotografía, un retrato donde la deformación del rostro configura un primer acercamiento para explorar las formas y el movimiento.

Para Fernández, la abstracción le permite hablar de la estabilidad,es “un lenguaje que me ha servido para hablar de las cosas”, ya que, según ella misma, siempre se le había dificultado la comunicación con los otros.

Así mismo, señala que ese vínculo con otros artistas no sólo lo realiza en el discurso, sino que es la forma en la cuál ejecuta sus piezas. Se trata de una forma de trabajar que aprendió de ag fronzoni: ser austero. Es decir que Magdalena plantea un problema, una idea o un boceto para resolverlo con una persona especialista. “Yo sólo lo imagino. Cuando me aproximo al otro intento que el problema que planteo no se transforme”.

Finalmente, señaló que toda su obra parte de la noción de potencia, que los elementos estén “listos para ser movidos”.

Naturaleza

Carlos Palacios considera que el arte moderno es un vehículo para transmitir la inestabilidad de la que Fernández habla, no sólo de sí misma, sino del entorno que la rodea: encuentra en el movimiento ese reflejo de la naturaleza y la transformación: “La relación con la naturaleza resalta la posibilidad de un discurso sobre el movimiento”.

Es así que en sus piezas, el movimiento es una constante que complementa el discurso geométrico. La línea es el resultado del movimiento de un punto sobre el plano: ese discurso está en lo vivo y también en su obra.

Política

La carrera y la obra de Magdalena Fernández se puede resumir en la línea y el punto,la abstracción y la naturaleza, sin embargo, de acuerdo con Fabiola López, en las piezas de la artista venezolana se vislumbraal “cuerpo humano como algo abstracto. El cuerpo como punto y línea”.

Hablar con el cuerpo como elementos que en comunión generan otra geometría, al cuerpo humano como un habitante en el tiempo y el espacio, y en respuesta ese espacio lo obliga a ser parte de un discurso político de los ciudadanos y las ciudades.

Esa reflexión sobre los cuerpos y las ciudades como elementos políticos motivó a la artista a hacer un paréntesis en la exposición y generar un tríptico en video para hablar sobre “la emergencia, la situación en Venezuela (que) es muy trágica, muy dolorosa”, y continúa, “Yo soy afortunada mi familia es afortunada doy gracias a Dios. Pero la gente se está muriendo por una mezquindad”.

Fernández aclara que, a pesar de haber insistido en la exhibición de este tríptico como un acto moral, no es una constante en su vida y ni en su obra concentarse en lo político o en la tragedia. “Yo tengo que traer luz y acercarme a la energía luminosa de la vida y de nuestro entorno. Pensar y trabajar en la parte positiva y luminosa es la manera en la que se puede transformar la realidad, finalizo.

Magdalena Fernández. Ecos, ocupa el Vestíbulo, las Salas 1, 2 y 3 y la Terraza del Museo Amparo y abierta al público hasta el 3 de enero de 2020.

Participan: Magdalena Fernández | Artista Carlos Palacios | Curador Fabiola López Durán | Historiadora de arte y arquitectura 13 de julio de 2019
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